El Buen Profesor.
Lo primero que habría que aclarar es qué se entiende por buen profesor. En todo establecimiento o cargo que desempeñen, siempre hay varios profesores que destacan por su grado de compromiso, por su especial dedicación a las tareas educativas, por su talante negociador, por su especial cariño demostrado hacia sus alumnos, etc.
Es sin duda probable que el desempeño o las características del buen profesor vayan por parte de las competencias que ellos tengan como educadores.
He aquí algunas de las características por las que se diferenciarían los buenos profesores de los “Normales”.
Los profesores extraordinarios o sea “Buenos” conocen su materia extremadamente bien. Utilizan su conocimiento para ir al fondo de los asuntos, siendo capaces de simplificar lo que para otros sea complejo, de manera que motivan así el aprendizaje de sus propios alumnos.
Otra competencia es que: Dan gran importancia a su tarea docente. Al programar sus clases o aquello que enseñarán, planteándose los objetivos del aprendizaje, no así el improvisar, pues aunque no es malo tener en cuenta que a veces las cosas no resultan como uno espera y debiera arreglárselas como se pueda.; la idea siempre es preparar con antelación lo que se quisiera entregar.
Son exigentes con sus alumnos, esperan mucho de ellos. Plantean objetivos ligados a las salidas profesionales de sus estudiantes y a la formación que estos necesitarán a lo largo de su vida. (Es un ejemplo claro aquel profesor jefe que siempre quería lo mejor para cada uno de nosotros)
Los Buenos profesores confían en sus alumnos, son francos y abiertos con ellos, y siempre son amables, de manera que exista confianza entre ambos.
Además evalúan el resultado de su tarea y saben rectificar cuando es necesario. Califican a los estudiantes según objetivos de aprendizaje básicos, pues es claro que ellos saben que no todos los alumnos poseen las mismas capacidades.
Otra característica: es que ellos debieran ser creativos en cuanto a la forma de impartir la clase, de manera que siempre exista un método de enseñanza en el que el alumno se motive y aprenda lo que él les entregue.
La responsabilidad y el compromiso de cumplir con los contenidos también es sin duda algo importante y que deben manejar los buenos profesores, pues no es lo mismo ejercer por cumplir que por vocación y dedicación.
El ser paciente, comprensivo y reflexivo con los alumnos, a modo de ganarse la confianza de sus alumnos, y que ellos lo vean como excelente educador, viéndolo como amigo para ellos. Ahora un último punto a considerar, aun quedando muchos más afuera, es la buena presentación, o sea la imagen que dan al resto, pues como siempre se ha dicho los alumnos son meros imitadores de aquellos que ellos consideran sus superiores.
Ahora ya para agregar a mi comentario, introduzco una información anexa, en donde es considerada la opinión de personas externas, con el fin de enjuiciar sobre el desempeño y las características de los docentes, a modo de ubicarlos como buenos o malos profesores.
De forma mayoritaria.
Como característica del buen profesor, “el entusiasmo que transmitía acerca de lo que enseñaba”.
En segundo lugar, aquel que ayudaba a “confiar en tus propias posibilidades” o transmitía el deseo de seguir aprendiendo y estaba disponible para resolver conflictos. Por el contrario, el mal profesor se caracterizaba porque “humillaba y ridiculizaba” o porque “era aburrido”, “no le entendía” o “castigaba mucho”.
Para los alumnos actuales, en general existe buena integración y sólo un 5% reconoce que se enfrenta con algunos profesores. Un 3% se siente a menudo rechazado por los demás.
Lo primero que habría que aclarar es qué se entiende por buen profesor. En todo establecimiento o cargo que desempeñen, siempre hay varios profesores que destacan por su grado de compromiso, por su especial dedicación a las tareas educativas, por su talante negociador, por su especial cariño demostrado hacia sus alumnos, etc.
Es sin duda probable que el desempeño o las características del buen profesor vayan por parte de las competencias que ellos tengan como educadores.
He aquí algunas de las características por las que se diferenciarían los buenos profesores de los “Normales”.
Los profesores extraordinarios o sea “Buenos” conocen su materia extremadamente bien. Utilizan su conocimiento para ir al fondo de los asuntos, siendo capaces de simplificar lo que para otros sea complejo, de manera que motivan así el aprendizaje de sus propios alumnos.
Otra competencia es que: Dan gran importancia a su tarea docente. Al programar sus clases o aquello que enseñarán, planteándose los objetivos del aprendizaje, no así el improvisar, pues aunque no es malo tener en cuenta que a veces las cosas no resultan como uno espera y debiera arreglárselas como se pueda.; la idea siempre es preparar con antelación lo que se quisiera entregar.
Son exigentes con sus alumnos, esperan mucho de ellos. Plantean objetivos ligados a las salidas profesionales de sus estudiantes y a la formación que estos necesitarán a lo largo de su vida. (Es un ejemplo claro aquel profesor jefe que siempre quería lo mejor para cada uno de nosotros)
Los Buenos profesores confían en sus alumnos, son francos y abiertos con ellos, y siempre son amables, de manera que exista confianza entre ambos.
Además evalúan el resultado de su tarea y saben rectificar cuando es necesario. Califican a los estudiantes según objetivos de aprendizaje básicos, pues es claro que ellos saben que no todos los alumnos poseen las mismas capacidades.
Otra característica: es que ellos debieran ser creativos en cuanto a la forma de impartir la clase, de manera que siempre exista un método de enseñanza en el que el alumno se motive y aprenda lo que él les entregue.
La responsabilidad y el compromiso de cumplir con los contenidos también es sin duda algo importante y que deben manejar los buenos profesores, pues no es lo mismo ejercer por cumplir que por vocación y dedicación.
El ser paciente, comprensivo y reflexivo con los alumnos, a modo de ganarse la confianza de sus alumnos, y que ellos lo vean como excelente educador, viéndolo como amigo para ellos. Ahora un último punto a considerar, aun quedando muchos más afuera, es la buena presentación, o sea la imagen que dan al resto, pues como siempre se ha dicho los alumnos son meros imitadores de aquellos que ellos consideran sus superiores.
Ahora ya para agregar a mi comentario, introduzco una información anexa, en donde es considerada la opinión de personas externas, con el fin de enjuiciar sobre el desempeño y las características de los docentes, a modo de ubicarlos como buenos o malos profesores.
De forma mayoritaria.
Como característica del buen profesor, “el entusiasmo que transmitía acerca de lo que enseñaba”.
En segundo lugar, aquel que ayudaba a “confiar en tus propias posibilidades” o transmitía el deseo de seguir aprendiendo y estaba disponible para resolver conflictos. Por el contrario, el mal profesor se caracterizaba porque “humillaba y ridiculizaba” o porque “era aburrido”, “no le entendía” o “castigaba mucho”.
Para los alumnos actuales, en general existe buena integración y sólo un 5% reconoce que se enfrenta con algunos profesores. Un 3% se siente a menudo rechazado por los demás.